jueves, agosto 17, 2006

Soy pietista... y ahora, ¿qué hago?

Aunque la campaña por el pietismo ha estado marcada por un tono entusiasta y lúdico, mentiríamos si dijeramos que el pietismo es cosa fácil... y mentir -decididamente- no es un acto pietista.

El cultivo de las disciplinas espirituales, para profundizar y disfrutar nuestra relación con Dios, requiere voluntad, amor y perseverencia de nuestra parte. Es claro que para nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI, acostumbrados a una deslumbrante instantaneidad y a un vertiginoso ritmo de vida, no es fácil cultivar un hábito en el primer intento. A eso sumémosle nuestro saturado curriculum de estudiante, el desastre de la no-agenda y el escasísimo tiempo que repartimos entre la Iglesia, la familia, el ocio(?) y nosotros.

Tomemos un respiro. Recordemos que Él ya aseguró el resultado de la pelea. Que Él está en control. Él se entregó entero por amor. ¿Cómo nosotros no vamos a responderle y siquiera morir en el intento?

Y he aquí la primera clave: morir. A nuestras pasiones. A nuestro ego. A nuestra carne. Todos los días. Todas las horas. E intentarlo de nuevo.

Próximamente: pasos básicos para llevar una vida pietista y algunos consejos para llevarlos a cabo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ya igual bonito lo q escribieron... pero paseense por mi blog tambien ya?
ojala... algun dia...