miércoles, noviembre 07, 2007

DE LA SOLEDAD PRODUCTIVA A LA COMUNIDAD Y AL MINISTERIO. III

Tercera parte del texto de Henri Nouwen

Comunidad

Es precisamente el eje, en esa comunión con Dios, que descubrimos el llamado a la comunidad. Es sorprendente que la soledad siempre nos llama a la comunidad. En la soledad te das cuenta que eres parte de una familia humana y que junto con ellos quieres construir algo.
Por comunidad, no entiendo comunidades formales. Pueden ser familia, amigos, parroquias, grupos de formación, grupos de oración. La comunidad no es una organización, es una forma de vida: Reúnes alrededor de ti personas con las cuales quieres proclamar la verdad de que somos hijos e hijas amados de Dios. Estar en comunidad no es fácil. Alguien dijo en alguna ocasión: “La comunidad es el lugar donde la persona con la cual menos quieres vivir, siempre vive”. En la comunidad de Jesús, los doce apóstoles, el último nombre era de alguien que lo iba a traicionar. Esa persona está siempre en tu comunidad en algún lado, tú puedes ser esa persona.
Yo vivo en una comunidad que se llama Daybreak – una de cien comunidades alrededor del mundo donde niños, niñas, hombres y mujeres que tienen limitaciones mentales y aquellos que los ayudan, viven juntos. Nosotros compartimos todos los aspectos de la vida día a día. Natanel, Jeannet y todas las otras personas de nuestra comunidad saben lo difícil que es y lo hermoso que es vivir juntos.
¿Por qué es tan importante que la soledad productiva preceda a la comunidad? Si no sabemos que somos hijos e hijas amados de Dios, vamos a esperar que alguien en la comunidad nos haga sentir esto. No pueden. Esperaremos que alguien nos de de ese amor perfecto e incondicional. Pero la comunidad no es la soledad de uno aferrada a la soledad de otro: “Yo estoy tan solo y tú estás tan solo”. Es la soledad productiva aferrada a la soledad productiva: “Yo soy amad@, tú eres amad@; juntos podemos construir un hogar”. A veces estás cerca, y eso es maravilloso. A veces no sientes el amor, y eso es duro. Pero podemos ser fieles. Podemos construir un hogar juntos y crear un espacio para Dios y para los hijos de Dios.
Dentro de la disciplina de la comunidad están las disciplinas del perdón y de la celebración. El perdón y la celebración son lo que hace la comunidad, ya sea un matrimonio, una amistad o cualquier otra forma de comunidad.
¿Qué es el perdón? El perdón dice: “Yo sé que tú me amas, pero no tienes que amarme incondicionalmente, porque ningún ser humano puede hacerlo”.
Todos tenemos heridas. Todos estamos sometidos a tanto dolor. Es precisamente este sentimiento de soledad que asecha detrás de todos nuestros éxitos, ese sentimiento de inutilidad que se esconde detrás de toda alabanza, esa sensación de sin sentido aún cuando otros creen que eres fantástic@. Eso es lo que nos hace aferrarnos de la gente y esperar de ellos un afecto y amor que no pueden dar.
Si queremos que otra gente nos de algo que solo Dios puede dar, nos convertimos en demonios. Decimos, “ámame” y antes de lo que sepamos nos volvemos violentos y manipuladores. Es tan importante que nos perdonemos unos a otros. No de vez en cuando, sino en cada momento de la vida. Cada día, antes de desayunar, ya hemos tenido por lo menos tres oportunidades de perdonar. Nuestra mente está maquinando: Qué pensarán de mí. Qué hará él o ella. Cómo me utilizarán.
Perdonar a otros por darte solo un poco de amor es una disciplina difícil. Mantenernos pidiendo perdón porque sólo podemos dar un poco de amor- esa también es una disciplina difícil. Duele decirle a los hijos, a la esposa o esposo, a los amigos, que no les puedes dar todo lo que te gustaría darles. Aún así, allí es donde nace y se crea la comunidad, cuando nos reunimos en una forma perdonadora y sin demandas.
Aquí es donde entra la celebración, la segunda disciplina de la comunidad. Si tú puedes perdonar el hecho de que otra persona no puede darte lo que sólo Dios puede darte, entonces tú puedes celebrar el don de esa persona. Entonces puedes ver el amor que esa persona te está dando, como una reflexión del amor grande e incondicional de Dios. “Ámense unos a otros, porque yo los he amado primero”. Cuando hemos conocido ese primer amor, podemos ver el amor que nos llega de la gente como un reflejo de este amor. Podemos celebrarlo y decir “¡que maravilla!”, “¡es hermoso!”
En nuestra comunidad en Daybreak, tenemos que perdonarnos mucho. Pero en medio del perdón viene la celebración: vemos la belleza de la gente que a menudo son considerados marginados por la sociedad. Con el perdón y la celebración, la comunidad se convierte en el espacio donde podemos invocar los dones de otras personas, los levantamos y decimos: “Tú eres el hijo amado y la hija amada”.
La celebración del don del otro no significa dar pequeños cumplidos – “Tocas el piano muy bien”; “Eres tan bueno para cantar”. No. Esto sería un desfile de talentos.
Celebrar los dones de los otros significa aceptar la humanidad del otro. Significa vernos unos a otros como personas que pueden decir: “Bienvenida”, que pueden comer, y dar algún espacio. Una persona que en presencia de otros se quiebra de repente está llena de vida, porque uno descubre su propio quebrantamiento a través de ella.
Esto es lo que quiero decir: en este mundo, tantas personas viven con el peso del autorechazo: “No soy buen@. Soy inútil. La gente en realidad no se preocupa por mí. Si no tuviera dinero, no me hablarían. Si no tuviera esta posición no me llamaría. Si no fuera tan influyente, no me amarían”. Debajo de un éxito y una carrera muy admirada puede vivir una persona temerosa que se cree poca cosa. En el contexto de la comunidad se crea esa vulnerabilidad mutua, en la cual nos perdonamos unos a otros y celebramos los dones del otro.
He aprendido mucho desde mi llegada a Daybreak. He aprendido que mis verdaderos dones no son que escribo libros, o que fui a universidades. Mis verdaderos dones son descubiertos por Jeannet y Natanael y otros que me conocen tan bien que no se pueden impresionar más por estas arandelas. De vez en cuando me dicen: “Tengo un consejo que darte: ¿Por qué no lees algunos de tus propios libros? Hay sanidad en ser conocido en mi vulnerabilidad, impaciencia y debilidad. De repente me doy cuenta que Henry es una buena persona también en los ojos de la gente que no lee libros y a quienes no les importa el éxito. Estas personas pueden perdonarme constantemente por los pequeños gestos y comportamientos egoístas que siempre están ahí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

If the pаin ԁoes not return. Indian Head naκed massage is
a great way for you to try out the wondeгful effects
of the traditional Τhai medicine. Thе best maсhine
to look for ωhen trуing tο mοve
theiг license to another state. To makе a nakеd massage moԁality, mоre generally
known as Structural Integratiоn, and Zeгo Balancing, a typе of light naked mаssage.


Here is my sitе :: london tantra